Cada consumidor tiene derecho a elegir lo que más le gusta, pero los expertos consideran a la Cabernet Sauvignon como la reina de las cepas tintas. Su celebridad comenzó en la zona de Burdeos, en donde es eje de los famosos vinos de dicha zona, y desde allí se extendió a casi todo el mundo, gracias a su "plasticidad", su capacidad de adaptación a diversos medios sin perder sus características y cualidades. Por ejemplo, en Mendoza se la encuentra cultivada en los más variados climas y suelos. El racimo es "suelto", sin los granos apretados, de color azulado y se caracteriza por el sabor a cassis o, a veces, a pimiento, según las zonas y el sistema de cultivo utilizado.
El vino producido es, cuando nuevo, de paladar recio y duro, con marcada acidez y taninos evidentes y ásperos. Necesita, pues, tiempo para suavizarse. Cuando madura, especialmente en buenos y nuevos toneles de roble, este carácter salvaje da paso a un vino de aroma profundo y complejo, paladar a la vez robusto y carnoso, redondo y sabroso. Su popularidad es tal que ha pasado a ser considerado como el paradigma del vino tinto con fuerza y presencia. De allí que, virtualmente, todas las bodegas argentinas cuenten con uno, ya fuere varietal o bien combinado con Merlot y Malbec. Encontramos los mejores ejemplares en las zonas de Luján de Cuyo, Perdriel, Lunlunta y Vistalba en la provincia de Mendoza. Su aroma intenso recuerda a la pimienta, cassis, frutillas . Su paladar amplio, que va desde el vigor de la juventud hasta la elegancia de la madurez, lo hace apto para acompañar diversos tipos de comidas, en especial carnes rojas con salsas importantes, pastas con salsas bastante elaboradas en cuanto a su personalidad, quesos de pasta mediana o dura (quesos azules, no), ciervo u otras carnes ahumadas. En fin matrimonia muy bien con platos de sabores importantes con personalidad. Particularmente no recomiendo beberlo solo, es decir, sin un plato que lo acompañe ya que su complejidad y su la carga tánica que posee, no lo hace demasiado amigable, en todo caso me inclinaría por uno de corte, Cabernet Sauvignon Merlot si es posible con pasaje por barrica para limar y redondear su importante personalidad
Una premisa,la libertad
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